viernes, 5 de diciembre de 2014

“De ahí que el mundo se dividiese para mi en tres partes; en la primera vivía yo, el esclavo, bajo las leyes creadas exclusivamente para mi, y a las que, por añadidura, sin saber por qué, nunca podía obedecer del todo; luego, en un segundo mundo, a una distancia infinita del mío, vivías tú, ocupado en el gobierno, en dar órdenes y en enfurecerte cuando no eran cumplidas, y finalmente había un tercer mundo donde vivía el resto de la gente, felices y libre de órdenes y de obediencia” Carta al Padre, F. Kafka

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